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La gran Expedición Malaspina, uno de los mayores viajes científicos de la historia

Malaspina

En 1789, Alejandro Malaspina y José Bustamante zarpaban desde Cádiz a bordo de la Atrevida y la Descubierta, para embarcarse en una de las mayores y más prolíficas aventuras científicas

En 1789, Alejandro Malaspina y José Bustamante zarpaban desde Cádiz a bordo de la Atrevida y la Descubierta, para embarcarse en una de las mayores y más prolíficas aventuras científicas de nuestra historia. Reinaba, por aquel entonces, el Rey Carlos III, que gobernaba uno de los imperios más extensos de la historia de la humanidad, con una población muy diversa con diferentes necesidades y en distintas partes del mundo.

Se planteaba entonces uno de los principales problemas de tan vasto imperio: ¿cómo gobernarlo sin conocerlo? Poco se sabía entonces de la situación real de las tierras al otro lado del Atlántico, por lo que la Corona planificó a la perfección esta expedición que se encargaría de explorar los nuevos territorios, recoger plantas y minerales de distintas zonas, estudiar los idiomas que hablaban y las costumbres y tradiciones de los distintos pueblos, así como elaborar mapas de los terrenos y cartas marítimas donde se recopilasen informaciones relevantes para poder defender y mantener los territorios de ultramar.

“El viaje científico y político alrededor del mundo”

Con esa frase se dio a conocer esta expedición sin precedentes en España, dejando claros sus objetivos científicos y políticos, y que estuvo financiada por la Corona española. La expedición Malaspina exploró durante cinco años los distintos territorios del imperio español, que se extendía desde la Patagonia hasta Alaska y las Filipinas, pasando por Vavao, Nueva Zelanda y Australia.

Durante los preparativos del viaje, Malaspina se encargaba de los detalles y necesidades para preparar la expedición y conseguir todo el material científico necesario para hacer los estudios que se proponía en su travesía. Por su parte, Bustamante se ocupaba de los víveres o el enrolamiento y escoger a la mejor tripulación para un viaje que les llevaría a surcar los mares de medio mundo.

Sin embargo, no solo había marineros en los navíos de la expedición, también fueron necesarios pintorescientíficos de distintas disciplinas para tomar multitud de anotaciones, crear dibujos donde se reflejaban los mapas de los diferentes territorios por los que pasaban, realizar mediciones y dejarlo todo registrado para su uso estratégico al volver a España.

A continuación, incluimos este mapa con la ruta que siguieron Malaspina y Bustamante durante su viaje:

Durante esos cinco años, Malaspina vive incontables contratiempos y aventuras que empezaban en las islas Canarias, pero que continuaron por Brasil, Argentina, América del norte o Australia. Entre ellos, el problema de conservación que suponían las islas Malvinas dada su situación estratégica o la zona de Panamá, donde Alejandro Malaspina vio la posibilidad de crear un canal que uniera el Pacífico y el Atlántico, para ahorrar tiempo de navegación a los navíos que querían atravesar América.

Además de recopilar información estratégica para la Corona sobre cada lugar, los miembros de la Expedición Malaspina realizaron catálogos de minerales y de flora, levantaron mapas e hicieron numerosas investigaciones científicas. Pero, además de las cuestiones relacionadas con la geografía y la historia natural, en cada escala, los miembros de la expedición contactaban con las autoridades locales de la zona para conocer de primera mano la política, la cultura y las tradiciones y costumbres de cada destino.

La vuelta a casa

El 21 de septiembre de 1794, la expedición regresaba a España. Tras su regreso, Alejandro Malaspina presentó el informe “Viaje político-científico alrededor del mundo”, donde se incluía un informe político con observaciones sobre las instituciones coloniales españolas.

Además, el proyecto de Malaspina contemplaba la realización estudios cartográficos, militares, políticos, comerciales, geográficos, sanitarios, astronómicos, alimentarios y botánicos.

La expedición de Malaspina, está considerada una de las más ambiciosas en términos científicos, ya que se estudiaron y analizaron distintos aspectos de la geología, zoología y botánica de los distintos lugares por los que pasaba la expedición de Malaspina. Como resultado de esos cinco años de trabajo, se descubrieron un total de 357 especies de aves, 124 de peces, 36 cuadrúpedos y 21 anfibios desconocidos hasta la fecha.