«Hemos descubierto toda la redondeza del mundo»

La frase que da título a este artículo la pronunció Juan Sebastián Elcano, marino, nacido en Guetaria, tras completar la primera vuelta al mundo de la historia, y lo hizo en nombre del Reino de España.

Llegar a las Indias en busca de especias fue la gran misión de Colón, por eso viajó hacia el oeste, pero nunca encontraría la isla que hoy conocemos como Las Molucas. Ni siquiera en su cuarto viaje pudo encontrar un paso marítimo al Asia que los europeos conocían.

Tras 1494 el Mundo había quedado dividido en dos por una línea imaginaria en el océano Atlántico: España controlaba la zona oeste, lo que abarcaba buena parte del Continente Americano, además de las Islas Canarias; y Portugal la zona este, con territorios que abarcaban desde África hasta el océano Índico y el pico oriental de Sudamérica, el actual Brasil. A consecuencia de esto, España tenía especial interés en encontrar una vía marítima al Asia que no implicase navegar por zonas portuguesas. El paso por tierra del Atlántico al Pacífico ya se conocía en 1519, porque en 1513 el conquistador español Vasco Núñez de Balboa había avistado el océano Pacífico con una travesía terrestre a través de Centroamérica.

Fernando de Magallanes, ideó organizar una ruta viajando hacia el oeste. Él ya había visitado de joven la India, donde obtuvo informes de la existencia algo más al este de unas islas ricas en especias, las Islas Molucas. Basándose en la misma idea de Colón, que la tierra era una esfera, pensó que estas islas no deberían estar muy lejos de los nuevos territorios americanos y organizó la ruta hacia las islas por el oeste.

Entonces no había cartas de navegación de esa zona del mundo, solo aparecían algunas islas del Caribe y las costas desde Centroamérica hasta el norte de Brasil, pero no más al sur. El viaje era extremadamente complicado.

Portugal ya había financiado una vía para navegar hacia Asia bordeando África y no tenía necesidad de financiar una nueva. Así que Magallanes, tras el rechazo del rey de Portugal al proyecto, decidió ir a España a buscar el apoyo de Carlos I, objetivo que consiguió.

La expedición de Magallanes

Esta expedición estaría formada por cinco naves con 259 hombres a bordo, uno de ellos Juan Sebastián Elcano, y con Magallanes al mando de la flota se hizo a la mar en agosto de 1519. Su plan de alcanzar oriente por occidente comenzaba.

El principal problema fue el desconocimiento de la ruta, aún no se conocía la longitud y la extensión tan enorme de tierra que tendrían que bordear para llegar al Pacífico (las costas de Brasil, Argentina, hasta el extremo de Cabo de Hornos para cruzar por el estrecho que ahora lleva el nombre de Magallanes, en la Patagonia).

Así que unido al desconocimiento total de la geografía y de los mares que debían surcar, se sumaron toda una serie de inconvenientes como tormentas, motines, deserciones —como el navío San Antonio que regresará a Sevilla—, cambios drásticos de temperatura —desde las aguas tropicales de Centroamérica, al gélido clima del extremo sur del continente americano, hasta las cálidas aguas del pacífico ecuatorial—, enfermedades y enfrentamientos con la población indígena. En uno de ellos, en Filipinas, caería abatido Magallanes. Momento en el que la expedición continúa con Elcano al mando, el oficial de mayor edad.

Elcano toma el mando

Elcano logra trazar un plan de retorno a España, surcando los mares de la ruta portuguesa de las especias en el océano Índico rumbo al oeste. Allí se gestó el proyecto de dar la vuelta al mundo. Acompañado de 47 españoles y 13 naturales, arribó a la isla de Timor, ya en 1522, donde supo de la existencia de otras tierras e islas, las actuales China, Java e Indonesia.

La expedición de Elcano cruzó el océano Índico por una ruta lo más meridional posible, pasando un calvario de hambre, sed y enfermedades.

Por otra parte, el rey Juan de Portugal se propuso sabotear la nueva ruta, por eso, ordenó a todos los puertos portugueses que negaran cualquier ayuda a las expediciones españolas.

Elcano consiguió dominar la impaciencia de la tripulación, ansiosa de bajar a tierra desde que pasaran ante las costas de Mozambique, y el 19 de mayo de 1522 doblaron el cabo de Buena Esperanza.

Juan Sebastián Elcano junto a los otros 17 marineros sobrevivientes de los 239 que partieron desde España consiguieron llegar con la nao Victoria a Sanlúcar de Barrameda tras tres años de expedición. Habían recorrido casi 80.000 kilómetros y navegado los dos océanos más extensos de la tierra. Una excepcional hazaña al ser los primeros navegantes en dar la vuelta al mundo en un sólo viaje, atravesando mares y océanos, combatiendo las tempestades y resistiendo enfermedades, hambre, frío y hasta ataques indígenas, una gesta histórica de la que pronto se celebrará el 500 aniversario.

Una aventura que se convirtió, finalmente, en la primera circunnavegación de la tierra.

El emperador Carlos le otorgó un escudo en su honor, se trata de una bola del mundo con una leyenda en latín: “Primus circumdedisti me” (“El primero que me dio la vuelta”).

Este escudo de armas sigue en uso actualmente, ya que aparece en el buque escuela Juan Sebastián de Elcano, un bergantín-goleta de la Armada Española que homenajea al explorador español.

Esta hazaña cumple 500 años en 2022.