La viruela, enfermedad letal que atemorizaba al mundo entero.
España tuvo un papel fundamental recogido en el motivo nº 495 del libro 1785 motivos por los que hasta un noruego querría ser español.
1803, año en el que comienza una increíble aventura con fines médicos para combatir la viruela, una enfermedad letal que nadie quedaba impune, desde campesinos a reyes.
A la cabeza de la expedición se encontraba el médico alicantino Francisco Javier Balmis con un objetivo marcado: llevar la vacuna de la viruela a cada una de las diferentes colonias españolas del Nuevo Mundo, el Pacífico y Asia.
Así se llevó a cabo la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, una expedición de carácter filantrópico que dio la vuelta al mundo y duró desde 1803 hasta 1814.
Gracias a esa hazaña se pondría fin a una enfermedad con más de 12.000 años de antigüedad, responsable del mayor número de muertes en el mundo conocido.
La aventura comenzó en el navío María Pita que contaba con un equipo médico cualificado, además de un “batallón” 22 niños que iban a llevar la vacuna en sus brazos hasta América, y 2000 ejemplares del libro sobre la vacuna, para establecer juntas de vacunación en las ciudades visitadas con el fin de garantizar la conservación del fluido y la vacunación a las generaciones futuras.
¿Por qué llevar 22 niños huérfanos en tan importante viaje en la lucha de la viruela?
Javier Balmis, para conseguir conseguir que la vacuna resistiese todo el trayecto en perfecto estado, tuvo la genial ocurrencia de transportar la vacuna dentro de los cuerpos de niños e ir pasando cada cierto tiempo la vacuna de uno a otro, mediante el contacto de las heridas.
La misión sanitaria consiguió llevar la vacuna de la viruela hasta las islas Canarias, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Nueva España, las Filipinas y China.
El propio Edward Jenner, descubridor de la vacuna de la viruela escribió sobre la aventura de Javier Balmis:
“No puedo imaginar que en los anales de la Historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que este”.
Gracias a esta innovadora forma de transporte, se pudo llevar la cura a tal enfermedad en la que es considerada la primera expedición sanitaria internacional de la historia.
