Blas de Lezo: el gran estratega al que llamaron Mediohombre

Blas de Lezo, el intrépido almirante español nació en un pueblo de Guipúzcoa, Pasajes, un 3 de febrero de 1689.

Fue el tercer hijo de una familia de hidalgos con varios marinos entre sus miembros. Con 12 años embarcó en la escuadra francesa como guardiamarina al servicio del conde de Toulouse.

En aquellos años, en España se sucedía una guerra entre la dinastía de los Austrias y la de los Borbones por conseguir la corona tras la muerte del rey Carlos II, sin descendencia: era la Guerra de Sucesión. Esta es la fascinante historia del mejor estratega español.

¿Por qué ‘Mediohombre’?

En su primera gran batalla en Vélez Málaga recibió un balazo de cañón que le hizo perder una pierna. Comenzaba así una carrera ascendente y la leyenda de un valiente al que llamaron ‘Mediohombre’.

Años más tarde, en el Sitio de Tulón, una metralla procedente de un proyectil le impactó en un ojo quedándose tuerto; en 1713 perdió el brazo en el segundo Sitio de Barcelona por una bala de mosquete. Ni las amputaciones ni la pérdida de un ojo mermaron la autoestima del vasco, que siguió progresando en su carrera, combatiendo como oficial de la Armada.

Sirvió al rey de España desde el Mediterráneo a Perú. Formó su familia en Cádiz, donde recibió en 1736 la orden de organizar una de las flotas de Indias que unía España con América. Con esta misión zarpó desde Cádiz a Cartagena de Indias en febrero de 1737, dejando a su familia que ya no volvería a ver jamás.

La batalla que le encumbró como un gran estratega: Cartagena de Indias.

En plena guerra de Inglaterra contra España, Blas de Lezo sabía de las intenciones de los anglosajones que querían destruir los últimos bastiones del Imperio español.
La importancia de Cartagena de Indias era tal ya que servía de paso hacia Perú. Blas de Lezo contaba con 3.000 combatientes frente a los 30.000 del almirante Vernon, que venía victorioso tras la conquista de Portobello.

El gran estratega español conocía perfectamente las debilidades de los insulares, a los que no sentaba bien el clima caribeño, y la difícil distribución geográfica de la bahía de Cartagena. Jugaba a contener el ataque y desgastar a las tropas enemigas.

Tras dos meses de contienda los ingleses ya daban por hecha la victoria, incluso Vernon había enviado la noticia de su hazaña a Londres antes de tiempo.
Finalmente, tras meses de batalla y una heroica defensa de los españoles comandada por el gran estratega Blas de Lezo, los ingleses tuvieron que retirarse.
El almirante Vernon volvió a Inglaterra, donde ya se celebraba la falsa victoria a nivel nacional. Incluso se habían acuñado monedas para conmemorar la victoria sobre Cartagena de Indias. Una mentira que descubrieron sus compatriotas años después.

Fue tal la vergüenza por la derrota, que el rey inglés Jorge II prohibió difundir cualquier publicación sobre la batalla. No en vano, es el segundo mayor desembarco de la historia tras el de Normandía y la mayor derrota de la Armada inglesa en la historia.

Blas de Lezo murió meses después de la contienda y se convirtió en uno de los mejores estrategas de la historia de la Armada española. Participó en 22 batallas y expediciones, rindió para España decenas de buques del enemigo y jamás se humilló ante nadie.

La última voluntad del almirante vasco fue que se colocara una placa en las murallas de Cartagena de Indias que dijera:

“Aquí España derrotó a Inglaterra y sus colonias”; homenaje que finalmente se llevó a cabo en 2009.
Se dice de él que salvó al imperio español y que gracias a su entrega hoy se sigue hablando español en América del Sur.

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